Wednesday, October 29, 2008

La filosofía open-source y el derecho de daños

Esta mañana mi cuota periódica de Google-Reader me trajo una noticia interesante desde varios ángulos; una gran noticia desde el punto de vista del software libre, pero un tanto inquietante desde el punto de vista de las eventuales responsabilidades a la hora de algún desperfecto o accidente.
Se trata de un plan que aparentemente une a BMW, Google y Windriver Systems para diseñar un auto basado en linux; la nota se puede ver en linuxjournal y en autoshowplanet.
Siendo de la esencia del software libre la posibilidad de modificarlo, me surge la pregunta si tanta libertad es deseable, teniendo en cuenta que un auto es uno de los mayores riesgos con los que se enfrentan a diario los habitantes de las ciudades (y también, en medida creciente, los de las zonas rurales), lo que hizo que a lo largo de su desarrollo fuera necesario regular minuciosamente algunas prestaciones de seguridad. ¿Será que para evitar una manipulación irresponsable sólo podrán acceder a los permisos de root las personas especialmente licenciadas para ello? Es una posibilidad, limitar las opciones (y permisos) de usuario a cuestiones no esenciales.
Otra de las preguntas que se me ocurre es por las responsabilidades, es decir: ¿no es una forma de 'embarrar la cancha', posibilitando que la responsabilidad por algún desperfecto o mal funcionamiento o incluso accidente se diluya entre varios sujetos indeterminados?
Posiblemente estas preguntas suenen un tanto pueriles o innecesariamente alarmistas; pero si se llegara a implementar la adopción de software libre en la programación de los automóviles (cosa que quizás si redunde en una mayor facilidad de integrar distintos componentes, como dice el artículo de autoshowplanet), deberán ser tenidas en cuenta, ya que justamente los accidentes de automotores son una de las causas más habituales de juicios de daños.

Sunday, October 19, 2008

Qué país anómico que somos!

Somos un país anómico, eso es seguro. No por falta de leyes, sino por su desbordamiento, enormidad de normas, pero a destiempo.

El caso de la hora oficial resultó emblemático estos días. Desde el mes de diciembre (el 30/12, para ser más exactos) del año pasado, por ley se corrió la Argentina a una ubicación 15º o 30º de longitud más al Este, según las estaciones; esa misma ley decidió que cada año se establecería la fecha en que empezaba la 'temporada estival', mediante un decreto del Poder Ejecutivo.

Este año, hace ya casi un mes que en algunos círculos se viene hablando del cambio, que se produciría el 3er. domingo de octubre; pero hasta el día 16/10 no salió publicado el decreto 1693 (firmado el 15/10) que establece el inicio de la denominada 'temporada estival' para el día 19/10, es decir, 4 dias despues.
Como esta cuestión provocó mucho revuelo (ya que para las provincias de la zona cordillerana significaba correrse más o menos 3 horas respecto de las que geográficamente les correspondía), al otro día sale el decreto 1705, que exceptúa de los efectos del decreto 1693 (y de la ley 26350, dicho sea de paso) a las provincias que más barullo hicieron, entre ellas Río Negro.
El caso de Río Negro merece además un capítulo aparte. El día 17/10 (2 días antes del día D), aparece en las tapas de todos los diarios de la región la noticia de que la provincia *sì* se plegaría al cambio de horario dispuesto por el gobierno nacional; esto, basado en un comunicado oficial del gobierno provincial, que el dia anterior había estado a los besos y abrazos con nuestra querida Presidenta (que, dicho sea de paso tambien, se mandó con algunas barbaridades como que "Argentina es el único país que fabrica satélites de telecomunicaciones fuera de Estados Unidos" --siempre según los medios periodísticos--, encontré un par de ejemplos para refutarla...).
A media mañana del 17/10, todos despistados, ya que recibíamos de Buenos Aires la noticia del decreto 1705, según el cual Rio Negro quedaba exceptuada. Conclusión: evidentemente necesitamos adrenalina para funcionar...

Nota: este articulo es reproducción del que escribiera para buzzyread con el mismo motivo.