Monday, June 29, 2009

AFIP - Monotributo

Hace aproximadamente una semana me enteré que la AFIP me había dado de baja en el mes de enero de 2008 por aplicación del Dto. 806/2004, cuyo art. 32 dispone que "La ADMINISTRACION FEDERAL DE INGRESOS PUBLICOS podrá disponer, ante la falta de ingreso del impuesto integrado y/o de las cotizaciones previsionales fijas, por un período de DIEZ (10) meses consecutivos, la baja automática de pleno derecho del Régimen Simplificado (RS).-Dicha baja no obstará a que el pequeño contribuyente reingrese al Régimen Simplificado (RS), siempre que el mismo regularice las sumas adeudadas por los conceptos indicados en el párrafo anterior." (v. infoleg).
En realidad, me enteré por una vía indirecta, ya que además de darme de baja del monotributo, me habían cancelado el domicilio. Es decir, que al ingresar al sistema, lo primero que aparecía era "error en domicilio"...
Así que ahí fui, a la oficina local de la AFIP para ver de qué se trataba, y hacer lo que correspondiera para que me dieran de alta nuevamente. Había que empezar por el domicilio...
Esa fue la parte fácil. Después venía la de cancelar la deuda para poder adherir nuevamente al monotributo, tarea nada fácil. Después de 4 días de intentar por todos los medios, primero saber cuál era la deuda que AFIP reclamaba y después tratar de generar los volantes de pago por medio del sistema, aún sigo sin ningún avance.

Decidí estudiar la normativa. Tampoco eso iba a resultar una tarea fácil. Justamente la normativa tributaria no se destaca por su sencillez, claridad y simpleza estructural... Descubrí que hay una ley, la número 26476, que implantó un régimen de facilidades de pago; una Resolución 3, que reglamenta el procedimiento; y que el sistema es perverso por donde se lo mire (ver esta nota y ésta)...

Monday, June 15, 2009

Algunas consideraciones sobre la adopción

Esta mañana leía una noticia sobre la investigación a un hospital en la provincia de Santiago del Estero que aparentemente se habría prestado para una operación de venta de un bebé. Las sensaciones mientras leía eran ambivalentes. Por un lado parece claro que lucrar comprando y vendiendo personas es una práctica execrable. Por otro lado, pensaba en que la operación dio a cada uno de los participantes algo que necesitaban: a la madre que se desprendió de su bebé, le quitó una carga y le alivió, siquiera momentáneamente, sus penurias económicas; al matrimonio que estuvo 15 años esperando en el registro de adoptantes para poder tener su bebé, le dió lo que tanto anhelaba; al bebé, le dio unos padres que estaban deseosos de cuidar un niño, y que seguramente le podrían dar mucho mejores condiciones para su desarrollo que la familia en la cual se había gestado; respecto de los 'mercaderes', no creo que haga falta mucha imaginación para saber qué les dió la operación, aunque son lo menos importante en el orden de valores..
Lo que más me impactó de la noticia fue el enorme sufrimiento que el respeto de la ley terminaba por generar en las partes que el Estado más debería proteger: niños desamparados y padres deseosos de brindar su amor a un niño. Mientras las personas que desean adoptar a un chico conforme a la ley pueden pasar toda su vida inscriptos en el registro respectivo sin que nunca lo logren, cantidades de chicos pasan su infancia en el hogar de huérfanos con cada vez menos posibilidades de encontrar una familia que los quiera. El diseño del sistema pareciera que no permite el encuentro de estas dos necesidades, profundizando cada vez más, por el contrario, el desencuentro. ¿No significa ésto que debe ser re-diseñado?

Saturday, June 6, 2009

Reflexiones sobre la violencia y desintegración social

Me pareció interesante compartir esta nota que con el título "Violencia en las escuelas" hace una serie de reflexiones acerca de la violencia en general. El autor, según puede leerse al pie de la nota, es educador y consultor de la UNESCO, por lo que parecería que debe saber de lo que habla.

Sin que necesariamente se deban compartir sus enfoques, revitaliza un debate que creo que es imprescindible profundizar, y es el relativo a los roles de las diversas instituciones sociales como el Estado, la escuela y la familia. En lo personal no estoy segura de compartir su visión de que " Un Estado, es una gran empresa..", aunque indudablemente resulta moderna su concepción; también podría decirse que "un estado es una gran familia" y encontraríamos seguramente muchas diferencias en lo que se podría o debería esperar de él. Este es el debate que creo que la sociedad toda está eludiendo, el de determinar cuál es realmente el rol del Estado; a partir de allí, también se comenzarían a redefinir los roles de otras instituciones.


Para ésto es útil sumergirse en la historia y descubrir cómo surgen los estados, desde las primeras organizaciones sociales; en las tribus y clanes vemos "estados" corporizados en uno pocos individuos a quienes el resto de la comunidad les delegaba el poder de organizarlas (delegación que no siempre era voluntaria, pero que en todo grupo social exitoso en términos de supervivencia siempre ocurría), de decidir cuándo se luchaba por la expansión, qué conductas eran tolerables, qué conductas se considerarían antisociales, cuál sería el modo de relacionarse con lo desconocido, etc; se les delegaba, en suma, el poder de decidir todos aquellos asuntos en los que estuviera comprometida la supervivencia o el desarrollo de esa particular comunidad.


Con el paso del tiempo, las comunidades fueron haciéndose más complejas, creciendo, desapareciendo, uniéndose con otras, las expectativas individuales fueron excediendo las de la mera supervivencia, se fueron incorporando expectativas y  necesidades de naturaleza inmaterial, lo que fue dando origen, justamente, a la historia que todos conocemos. En mayor o menor medida, se fue exigiendo al Estado que atienda todas las necesidades que iban apareciendo, y fue esta mayor o menor medida la que llevó a las distintas concepciones del Estado.


En este punto es donde me parece que deberíamos pararnos y decidir si esperamos del Estado que nos garantice seguridad, educación, riqueza, desarrollo espiritual, felicidad, etc, y considerar no solamente la prioridad de las distintas garantías sino los costos asociados con cada uno de los poderes que le delegamos (teniendo también en cuenta que a cada exigencia corresponde indivisiblemente delegación). Si exigimos seguridad como prioridad, tendremos que resignar otras garantías; si exigimos educación como prioridad, tendremos que resignar algunas otras (por ejemplo, comodidades), y así sucesivamente. En un Estado, como en una familia o en una empresa, los recursos son finitos y no se pueden atender todos los frentes al mismo tiempo.


En lo que sí coincido plenamente con el autor del artículo, es que debemos recuperar los valores, ya que una sociedad sin valores no tiene rumbo. Transcribo una frase particularmente inquietante, y que la realidad de todos los días nos permite corroborar: "Sujetos sin proyecto, son barcos a la deriva. Hombres sin sentido, son hombres perdidos y sin nada que perder. Qué importan entonces los valores, si ni siquiera cuento con ellos para mi vida."